A raíz del golpe militar en el siglo XXI en nuestro terruño militarmente ocupado por los Estados Unidos de América, hemos observado la fuerza local y mundial del movimiento artístico e intelectual articulada a la Resistencia contra este golpe que asalta a la vida y la cultura.
La naturaleza de este movimiento es más colectiva, unitaria y profundamente arraigada a la lucha por el derrumbe de los muros del silencio y la opresión de los pueblos.
Las diferentes formas de expresión estética han enriquecido la visión, la construcción de los sueños de esperanza al innovar creativamente la comunicación; el mensaje apropiado, oportuno y valiente con toda la fuerza moral y espiritual de nuestro pueblo, avasallado por la enajenación cultural de la clase dominante, de los jerarcas clasistas de la teología de los opresores y del terror militarista y policial.
El talento artístico e intelectual se han ido forjando en la medida de ser compañero o compañera de la conciencia social del pueblo; el artista y el intelectual son pueblo y el pueblo movilizado es el arte, la teoría y la práctica de la transformación liberadora de la humanidad planetaria.
Cada ayuno, cada marcha de la resistencia contra el golpe militar, con sus gotas de sudor, la sangre derramada, el coraje de sus lágrimas son gritos de libertad; el humor, la ironía y picardía de sus consignas son también la manifestación estética de la rebeldía acumulada en siglos de sufrimiento ocasionado por el trauma histórico y terrorista contra la vida, la dignidad de nuestro pueblo y de todos los pueblos de América Latina.
El golpe militar, producto de la unidad de la clase dominante aliada con el capital financiero internacional del complejo militar industrial, ha producido la unidad de todo un pueblo que ha tomado el verdadero camino de la organización política social para buscar la propia identidad; defender la historia y tomar las propias decisiones a través del proceso movilizador y transformador de la conciencia social plasmada en la futura Asamblea Nacional Constituyente donde estarán representadas las verdaderas bases populares que transformarán la Carta Magna de la Nación donde el pueblo sea el conductor y el verdadero dirigente.
Cada fotografía, , caricatura, pintura, grafiti, verso, ensayo, pensamiento, canto, música, danza , teatro capta en forma viva la expresión del dolor; frente a los tanques , las bayonetas y los gases tóxicos que enferman y asesinan a maestros y maestras, a los indígenas, garífunas, obreros , campesinos , feministas, estudiantes, transexuales, lesbianas, periodistas y abogados de la resistencia y defensores de los derechos humanos.
Los autores intelectuales y materiales del golpe militar nos recuerdan el Santo Oficio de la Inquisición, a las hordas hitlerianas, al fascismo de Franco y Mussolini. Ellos son los racistas que desde el Congreso Nacional y desde los miembros del Gobierno de Facto han manifestado su odio racista contra los indígenas lencas, garífunas y misquitos.
Su arrogancia racista más clara fue el mensaje contra el Presidente Obama y su máxima manifestación represiva en contra de los campesinos e indígenas que tenían ocupado el INA fue el salvaje desalojo, el apresamiento y la condena por parte de la institución judicial cómplice. Sus antecedentes antisemitas, sus prejuicios sexuales y homofóbicos son harto conocidos.
En la resistencia contra el golpe militar no existen los prejuicios religiosos ni étnicos. Su esencia es la no violencia por lo tanto no puede ser calificada de anticatólica, anti árabe o antisemita, antiestadounidense o antieuropea. El alma de la resistencia es el despertar de la esperanza que ha ido descubriendo que el golpe militar es un golpe que tortura a todo un pueblo y que es el malvado heraldo de nuevos golpes en América Latina.
La Resistencia es la fuerza poética en nuestro continente; rechaza la guerra civil que promueven los golpistas representantes del negocio de las armas de las clases opresoras y multinacionales dueños de la acumulación histórica del capital.
Aplaudimos la solidaridad nacional e internacional de todos los grupos étnicos, culturas, religiones y organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles feministas ambientalistas, prensa internacional y derechos humanos con el objetivo de derrotar al fascismo del siglo XXI encarnado en cuerpo y espíritu del golpe militar contra un pueblo desarmado, inmolado y torturado.
Hacemos un llamado a la conciencia mundial para que tome en consideración la decisión de la Resistencia de participar en el diálogo más sangriento de la historia de Honduras, que ha nombrado a sus delegados y que tiene la profunda convicción de defender sus principios y de luchar por la restitución del legitimo Presidente de Honduras Manuel Zelaya Rosales, quien con su familia y acompañantes en la Embajada de Brasil han sido torturados expuestos a gases tóxicos y sometidos al terrorismo policial y militar y a actos intimidatorios con los fusiles de los francotiradores. Es éste sin duda un diálogo con tortura psicológica.
La resistencia luchará por la libertad de Agustina Flores y todos los presos políticos y que exige justicia para que no queden impunes los crímenes de lesa humanidad y asesinato y la tortura de de los dirigentes.
En el alma de la resistencia , sus bases y dirigentes está siempre presente la Asamblea Nacional Constituyente, la libertad de expresión de los medios solidarios y de aquellos que han sido objeto de persecución, cierre y censura: Radio Globo, Cholusat Sur, Canal 11, Radio Progreso, El Libertador y Diario Tiempo.
Todas y todos unidos condenemos el negocio de la guerra, la tortura y marchemos juntos por un nuevo amanecer de paz, justicia y respeto a los derechos humanos y planetarios de los pueblos.
Son siglos de trauma, tortura y terrorismo; siglos de explotación y saqueo de la Madre Tierra, siglos de racismo, esclavitud y sumisión. Siglos de acumulación de riqueza a expensas de la anemia, pobreza e injusticia climática. Son siglos de traición y corrupción de la oligarquía, la burguesía parasitaria del Estado y sus guardianes que se entrenan en la metrópolis para sojuzgar y asesinar a su pueblo. Son siglos de alianza armada, ideológica y religiosa para oprimir y hacer invisible la fuerza y silenciar la voz de los pueblos. Son siglos de atrofiar el cerebro de los niños y las niñas mediante el hambre, la violencia y la educación alienante.
Sin embargo, a pesar de tanta infamia, de tanto terrorismo histórico ¡Nunca jamás podrán matar nuestros sueños de amor y libertad de los pueblos de América Latina! ¡Nunca jamás!
Juan Almendares