viernes, 31 de julio de 2009

Mares

Mares

El mar nuestro de cada día
no huele a sol ni a fiesta
ni a salud
no huele a mar
huele a una serena imperturbabl
muerte activa
a podredumbre en movimiento
a triturado hueso sobre el yodo
huele a sala de partos trágica y vacía
huele a quirófano de almas
a profundo anzuelo con el hambre por carnada
huele a puerto miserable
apesta a cloroformos y decretos
huele a mujeres y hombres sudorosos
frente a un horizonte de abismos seculares

Las bocanadas del hedor
suben y bajan junto a la marea
y no se van
nunca desaparecen
las vaharadas de luto innecesario
las terribles arcadas del vómito ahogado
aroma sucio del naufragio
postal de las cenizas insurrectas

La sal viaja y desembarca en viejas llagas
en otros mares
olorosos a Benetton
y a envejecidos niños adentro de una fábrica de tenis
el boomerang eleva su cauda de cartílagos de infancia

la sal cae en mares
impulsados por viejas maquinarias
donde olas de burla y de metales
muerden la irreductible costa humana

Pero este mar
el mar cercano
este que traga sepultureros vomita aborto
conato
cirujanos
y cadenas de oro con las que siempre nos tentaron
es el mar nuestro
el mar nosotros
este que huele a sexo y a licor barato
a floración de verdad poblándonos los huesos
a pescador de nada
a enfrentamiento con la muerte
a inclaudicables olas de fuego levantadas
contra la testa hípica del miedo.

S.T.

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